Hoy celebramos la fiesta de la conversión del Apóstol de los gentiles.
El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conozcas su voluntad, veas al Justo y escuches la voz de sus labios, porque vas a ser su testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído. Ahora, nada te detiene, levántate, recibe el Bautismo y lava tus pecados invocando su nombre.
Estas son las palabras que en nombre de Cristo Ananías dirige a Pablo aquel día que iba de camino a Damasco en búsqueda de cristianos para traerlos presos a Jerusalén.
Desde su encuentro con Jesús, Pablo cambio de objetivo pero no de radicalidad. De aguerrido perseguidor se convirtió en ardiente evangelizador, misionero y fundador de comunidades cristianas.
Que su ejemplo y su predicación que podemos leer en sus cartas, motiven, alimenten e inspiren nuestro propio compromiso de vivir el evangelio y nuestro propio bautismo.
P. Claudio
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