En este día Dios nos hace una invitación a la vigilancia. Debemos estar atentos a los signos de los tiempos. La promesa de Dios que viene a nosotros precisa de nuestra atención y nuestra esperanza activa de acuerdo al ejemplo vivo de los grandes personajes de la Historia de la Salvación que nos recuerda La Carta a los Hebreos, cómo Abraham y los demás patriarcas que nunca pierden la Certeza de que Dios cumple sus promesas y su fe es inconmovible.
El libro de la Sabiduría y El Evangelio de hoy (Lucas 12,32-48) nos invitan a mantener viva nuestra actitud vigilante y no bajar la guardia ante las modas y distracciones de nuestro mundo que nos llevan a descuidar nuestras responsabilidades cristianas y para que nuestro encuentro definitivo con Cristo sea gozoso y sin sobresaltos.
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