El primer libro de los reyes nos presenta un episodio de la vida del profeta Elías, quien está pasando por una profunda crisis personal, pues ante la persecución, el cansancio y soledad, parece que se da por vencido y ya no quiere vivir. Es entonces cuando el Señor sale a su encuentro y le da lo que necesita para seguir adelante. Ciertamente nuestro cuerpo necesita el alimento material para estar fuerte y saludable, para vivir. Sin embargo, no solo son necesarias la comida y la bebida, sino el alimento del amor, la seguridad que nos da sentirnos seguros, y el valorarnos nosotros mismos.
En este contexto podemos entender que Jesús se presenta a sí mismo como el Verdadero Pan del Cielo. Lo mismo que necesitamos pan y alimento para vivir, así también nos es necesario el pan espiritual para la vida eterna. Jesús es ese pan para la vida del mundo.
¿Qué es lo que necesitamos para mantenernos caminando hacia adelante como cristianos? Nuestra fe y confianza en Dios. Esa fe se mantiene viva y creciente en nosotros a través de nuestra íntima relación con Cristo. Él nutre esta fe y amor en nosotros con el alimento y bebida de su palabra, y con la fuerza que nos proporciona la eucaristía.
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