Domingo 26 del Tiempo Ordinario
Lectio Divina quiere decir "lectura de Dios", e indica la práctica monástica de la "lectura orante" de la Biblia.
La sistematización de la Lectio Divina en cuatro peldaños proviene del s. XII. Alrededor del año 1150, Guido (Guigues), un monje cartujo, escribió un libro titulado "La escalera de los monjes", en donde explicó la teoría de los cuatro peldaños:
Lecturas del Domingo XXVI del Tiempo Ordinario
Amos 6,1.4-7 - ¡Ay de ustedes los ricos…!
1 Timoteo 6,11-16 - Lleva una vida de rectitud, piedad, fe, amor, paciencia…
Lucas 6,19-31 - Recibiste bienes en tu vida, y Lázaro en cambio males.
Oración inicial:
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.
Parábola del rico y el pobre Lázaro
LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO. ¿Qué dice el texto?
La parábola es una denuncia fuerte y radical de esta situación, porque indica claramente que Dios piensa al contrario de nosotros. En la parábola aparece tres personas: el pobre, el rico y el padre Abrahán. El pobre tiene un nombre, pero no habla. Apenas existe. Sus únicos amigos son los perros que lamen sus heridas. El rico no tiene nombre, pero habla siempre e insiste. Quiere tener razón, pero no lo consigue. El padre Abrahán es padre de los dos y ama a los dos y llama al rico que está en el infierno, pero no consigue obtener que el rico cambie de opinión y se convierta. Durante la lectura trata de poner mucha atención a la conversación del rico con el padre Abrahán, a los argumentos del rico y a los argumentos del padre Abraham.
Una división del texto para ayudar en la lectura:
Lucas 16,19-21: La situación de los dos en esta vida
Lucas 16,22: La situación de los dos en la otra vida
Lucas 16,23-26: La primera conversación entre el rico y Abrahán
Lucas 16,27-29: La segunda conversación entre el rico y Abrahán
Lucas 16,30-31: La tercera conversación entre el rico y Abrahán
La parábola es como una ventana que Jesús abre para nosotros sobre el otro lado de la vida, el lado de Dios. No se trata del cielo. Se trata del verdadero lado de la vida descubierto sólo por la fe y que el rico sin fe no percibe. La ideología dominante se lo impide. Y es solamente a la luz de la muerte, cuando la ideología se desintegra en la cabeza del rico y cuando despunta para él el verdadero valor de la vida. El rico sufre, el pobre es feliz. El rico, al ver a Lázaro en el seno de Abrahán pide que Lázaro le lleve un refrigerio a sus sufrimientos. A la luz de la muerte, el rico descubre que Lázaro es su único benefactor posible. ¡Pero ahora es ya demasiado tarde! El rico sin nombre es un creyente “devoto”, conoce a Abrahán y lo llama Padre. Abrahán responde y lo llama hijo. Esto significa que en realidad esta parábola de Jesús va dirigida a los ricos vivos. En cuanto vivos, tienen todavía la posibilidad de convertirse en hijos de Abrahán, si abren la puerta a Lázaro, al pobre, al único que en nombre de Dios puede ayudarles. Para el rico, recluido en sus sufrimientos, la salvación consistía en una gota de agua que Lázaro podía darle. En realidad, para el rico, la salvación no consiste en que Lázaro le lleve una gota de agua para refrescarle la lengua, sino en que él mismo, el rico, abra la puerta cerrada de su casa y entre en contacto directo con el pobre. Sólo así es posible superar el gran abismo que los separa.
El rico que lo tiene todo, y se encierra en sí mismo, pierde a Dios, pierde la riqueza, pierde la vida, se pierde a sí mismo, pierde el nombre, pierde todo. El pobre que no tiene nada, tiene a Dios, gana la vida, tiene nombre, gana todo. El pobre es Lázaro, es “Dios ayuda”. Dios viene hasta nosotros en la persona del pobre, sentado a nuestra puerta, para ayudarnos a superar el abismo insuperable creado por los ricos sin corazón. Lázaro es también Jesús, el Mesías pobre y siervo, que no fue aceptado, pero cuya muerte cambió radicalmente todas las cosas. Y a la luz de la muerte del pobre, todo cambia.
MEDITACIÓN: (Qué me/nos dice la Palabra de Dios)
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¿Cuál es el punto del texto que más te ha gustado o que ha llamado más tu atención?
¿Por qué?
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Compara la situación del pobre y del rico antes y después de la muerte ¿Cuál es la situación de los dos antes de la muerte? ¿Qué cambia en la situación del pobre y del rico después de la muerte?
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¿Qué separa al pobre y al rico antes de la muerte? ¿Qué separa al pobre y al rico después de la muerte?
ORACIÓN: (Qué le respondo al Señor, que le respondemos al Señor).
¿Señor, quien puede entrar en tu tienda? ¿Quién puede habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua.
El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor.
El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo ilumina nuestra vida?
Según los observadores, está creciendo en nuestra sociedad la apatía o falta de sensibilidad ante el sufrimiento ajeno. Evitamos de mil formas el contacto directo con las personas que sufren. Poco a poco, nos vamos haciendo cada vez más incapaces para percibir su aflicción.
Que las riquezas y el egoísmo no nos dejen ciegos ante las necesidades de los demás.