Gracias a la oración confiada en la presencia de Jesús en medio de nosotros ha sido posible vivir la Unción de los enfermos aun en la distancia. Esos momentos dramáticos del contagio del virus nos han llevado a encomendar a todos los enfermos en las manos de Dios por medio de la oración a distancia. Nos reconforta sentir la presencia de Dios a pesar de las limitaciones de espacio. La eficacia de la oración se hace efectiva por la fe, y es capaz de conceder el perdón de los pecados a los creyentes afectados por la pandemia que no puedan recibir la Unción de los enfermos y también a sus cuidadores.
El personal de salud, a quienes también tenemos presentes en nuestras oraciones, han sido testigos de numerosos milagros donde los pacientes han recuperado la salud a pesar del contagio. Todos los días oramos “Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén” Esta es una oportunidad para que todos analicemos nuestras vidas y decidamos creer mas firmemente en la presencia de Dios por medio de la oración confiada. Y, para aquellos que Dios ha llamado a su presencia durante esta pandemia, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén