FIESTA PATRONALEN HONOR A SAN MATEO, 2025
- Fr. Claudio
- 18 sept
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De funcionario del Imperio Romano a discípulo de Cristo, Apóstol y Evangelista.
Entre los discípulos de Jesús, varios eran pescadores. Seguramente algunos otros se habían dedicado también a las tareas agrícolas. Y habría entre ellos miembros de otras profesiones artesanas u otros oficios. Pero lo que resulta más sorprendente es que entre los llamados por Jesús nos encontremos con un publicano o cobrador de impuestos. Había cobradores de impuestos que alquilaban la recaudación para enviar los dineros de las provincias a las arcas imperiales. Había otros recaudadores que cobraban derechos de portazgo entre un reino y otro, entre una tetrarquía a otra, por lo que eran mal vistos por la gente del pueblo.
Cafarnaúm debía de contar con varias oficinas en las que se cobraban diversos tipos de impuestos. A una de estas oficinas se acercó un día Jesús para llamar personalmente a Mateo. Él se levantó y lo siguió.
El evangelio que lleva su nombre escuetamente nos refiere la escena de su vocación (Mt 9, 9-13). Se le denomina Mateo, abreviación de Mattenaí y de Mattanya, que significa «regalo o don de Dios». En los lugares paralelos, los relatos de Marcos (Mc 2, 13-17) y Lucas (Lc 5, 27-32) nos hablan de la vocación de un tal Leví, hijo de Alfeo que, sin duda, es la misma persona como ha admitido la tradición de la Iglesia.
En el relato bíblico sobre la vocación de Mateo nos llaman la atención especialmente tres momentos: la llamada, el banquete y la revelación de Jesús que vino precisamente a llamar a los pecadores.
En el Evangelio, según San Mateo, destaca la misericordia de Dios encarnada en Jesús, así como el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento en favor del pueblo judío y de todas las naciones.
Fr. Claudio




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