1. TIPO DE SALMO: Himno de Acción de gracias
Es un Salmo de acción de gracias, porque Dios ha cumplido sus promesas de liberación. Este canto se eleva en la asamblea del templo, la casa del Señor y de su encuentro con el pueblo, invitando a todas las naciones a unirse en alabanza a Dios.
2. LEER LA PALABRA.
SALMO 138 (137)
. 1Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti, 2me postraré hacia tu santuario, daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera a tu fama;
3cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma.
4Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca; 5canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande.
6El Señor es sublime, se fija en el humilde, y de lejos conoce al soberbio.
7Cuando camino entre peligros, me conservas la vida; extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo, y tu derecha me salva.
8El Señor completará sus favores conmigo: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.
¿Qué dice el texto?
El salmista afirma que «se postrará hacia el santuario» de Jerusalén (cf. v. 2): en él canta ante Dios, que está en los cielos con su corte de ángeles, pero que también está en el espacio terreno del templo (cf. v. 1). Es un creyente que se siente agradecido con Dios por haber sido escuchado en sus oraciones y en medio de su necesidad.
vv. 4-5. Sin embargo, la acción de gracias personal no es suficiente e invita a todos los reyes de la tierra a que también den gracias y canten a la gloria de Dios. Al hacer referencia a los reyes de la tierra, está incluyendo todos los pueblos.
Algo que admira el salmista es que Dios, aun siendo el Señor de toda la tierra, grande y sublime, se fija en el humilde, lo ayuda y lo protege. Y, además, conoce al soberbio y al malvado, a los cuales tratará como merecen.
Las palabras conclusivas del Salmo son una ardiente profesión de confianza en Dios porque su misericordia es eterna. «No abandonará la obra de sus manos», es decir, su criatura (cf. v. 8).
3. MEDITAR LA PALABRA. ¿Esta lectura dice algo especial para ti?
Debemos dar gracias a Dios, porque, por más pesadas y tempestuosas que sean las pruebas que debamos afrontar, nunca estaremos abandonados a nosotros mismos, nunca caeremos fuera de las manos del Señor, las manos que nos han creado y que ahora nos acompañan por el camino de la vida.
4. ORAR CON LA PALABRA. ¿Qué le dices tú a Dios?
Te damos gracias Señor, porque nos has salvado, porque vas con nosotros a cada paso que damos. Tú, que te fijas en el humilde y de lejos conoces al soberbio, extiende tu derecha sobre nosotros y sálvanos, completando la obra de tus manos.
5. CONTEMPLAR LA PALABRA. ¿Cómo cambia tu mirada?
Como creyentes, hemos de cantar las maravillas de Dios tanto en lo personal, como reunidos con nuestra comunidad. Dios es grande, no nos deja solos. Recordemos que él no abandona la obra de sus manos. No nos cansemos pues de hacer oración y pedir la ayuda de nuestro Dios, especialmente en tiempos de dificultad.
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