Sonora Smart Dodd, una mujer estadounidense que asistía a una misa con motivo del Día de la Madre, quiso homenajear a su padre, un veterano de la Guerra Civil, que se hizo cargo de ella y sus hermanos.
En 1966 Lyndon Johnson, firmó la proclamación en la que testificaba que el tercer domingo de junio sería para celebrar el Día del Padre. Y en 1972, Richard Nixon firmó una declaración que convertía el Día del Padre en un día feriado. De este modo fue que el Día del Padre, obtuvo una fecha especial para reconocer la labor de los héroes de la casa, quienes día con día luchan por mantener la unión familiar y llevar el sustento del hogar para sacar adelante a sus hijos.
Pidamos a Dios por nuestros papás, vivos y/o difuntos. Aunque todos los días son merecedores de nuestro cariño, hoy es una ocasión para reconocerles, valorarles y agradecerles su amor y generosidad en la misión que Dios les encomendó en nuestro favor.