¿Qué nos dice la Palabra de Dios este Domingo? 2 de Noviembre 2025
- Fr. Claudio
- 30 oct
- 1 Min. de lectura

Si Dios es dueño y fuente de la vida, no es posible que nos abandone en la muerte en ese momento decisivo de nuestra existencia. San Pablo nos recuerda: “Ninguno vive para si y ninguno muere para sí mismo; si morimos, para el Señor morimos; así que ya
vivamos o ya muramos, somos del Señor”.
Los cristianos confesamos que la encarnación del Hijo de Dios es presencia del amor divino manifestado en Cristo definitivamente; esa encarnación continúa, de algún modo, en cada regenerado por el sacramento bautismo. En el bautismo sepultados simbólicamente en el agua resurgimos con una vida nueva, y toda nuestra existencia se torna bautismal: dejando las obras de la muerte para resurgir como creaturas nuevas para la vida eterna. Peregrinamos siguiendo a Jesucristo que paso por el mundo haciendo el bien, entregando su vida por amor a los demás y venciendo la muerte nos invita a seguirle y a tomar posesión del Reino de su Padre,” porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, fui forastero y me hospedaste, estuve desnudo y me vestiste, enfermo y me visitaste, en la cárcel y viniste a verme”.
Hoy celebramos el camino que recorrieron nuestros familiares difuntos tratando de seguir esa conducta y nuestra confianza en Dios que en cristo se nos muestra infinita misericordia y justo juez.
Fr. Claudio




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