Reflexión del Evangelio II Domingo de Pascua, 27 de Abril 2025
- Fr. Claudio
- 25 abr
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Hoy es el Domingo de la Divina Misericordia. Contemplamos el inmenso amor de Dios reflejado en la incredulidad del apóstol Santo Tomás. Su falta de fe lo lleva a reintegrarse a sus hermanos para tener un encuentro personal con Cristo Resucitado, a quien reconoce por las heridas en sus manos y en su costado.
Finalmente, ante la evidencia de la resurrección, proclama con profunda fe: ¡Señor mío y Dios mío! La duda de Tomás nos invita a reflexionar sobre nuestra propia fe. Nos recuerda que debemos mantenernos en comunión con nuestros hermanos y buscar un encuentro personal con El Señor Resucitado para que nuestra fe no vacile. Ser creyente es más que aceptar una enseñanza, es vivir la experiencia interior con Cristo vivo y presente en la Iglesia y en nuestra vida. Jesús Resucitado sigue haciéndose presente en medio de nuestra incredulidad y nuestras dudas. No hay barrera que su misericordia no pueda atravesar.
P. Claudio
Fr. Claudio
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