Hemos llegado a la mitad de este año, y junto a esto llega el periodo de vacaciones, un regalo de Dios y una oportunidad que nos ayuda a fortalecer el cuerpo y el espíritu. Las familias tienen la posibilidad de descansar, convivir más, pero, sobre todo, tienen la oportunidad de mejorar.
El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia Católica (#258) nos enseña que “El descanso abre al hombre, sujeto a la necesidad del trabajo, la perspectiva de una libertad más plena. (…) El descanso permite a los hombres recordar y revivir las obras de Dios, desde la creación hasta la Redención, reconocerse a sí mismos como obra suya, y dar gracias a Dios por su vida (…)”.
Cuando Jesús visitó la casa de Lázaro, Maria se sentó a los pies de Jesús para escuchar sus enseñanzas. Él le dice a María que ha escogido la mejor parte (Lucas 10, 38-42). Algo muy importante que nos enseña este pasaje es que una de las mejores formas de aprovechar nuestro tiempo es dedicándolo a nuestra relación con Dios y dejando que Él nos acompañe y nos enseñe a ser mejores personas.
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